La fibrilación auricular es una arritmia muy frecuente que consiste en el latido irregular y rápido de las cavidades superiores del corazón (aurículas). Esta arritmia puede producir síntomas tales como palpitaciones, mareo, falta de aire (disnea) e incluso puede no presentar síntomas. Los pacientes con fibrilación auricular tienen un mayor riesgo de presentar un accidente cerebrovascular (“embolia cerebral”). Los coágulos se forman con mayor frecuencia en un saco pequeño de la aurícula izquierda denominado orejuela. Estos coágulos tienden a fragmentarse y pueden salir del corazón hacia las arterias del cerebro, ocluyendo el flujo del mismo. Para evitar dicha formación de trombos los pacientes toman anticoagulantes orales para intentar que la sangre sea más líquida.
La anticoagulación oral es un tratamiento efectivo para reducir la tasa de accidentes cerebrovasculares que se producen como consecuencia de la fibrilación auricular. Pero no está exenta de efectos secundarios, incluso de carácter letal como lo es la hemorragia intracraneal.
En el procedimiento de cierre de orejuela se implanta un dispositivo que cierra y excluye completamente la orejuela izquierda a través de una vena femoral (de la pierna).
Una vez sellada la orejuela las células propias del paciente recubren la membrana del dispositivo creando un tapizado que hace que el dispositivo quede completamente cubierto. Con ello se consigue excluir la estructura donde se forman la mayoría de los trombos en los pacientes con fibrilación auricular. Esta intervención ha demostrado ser tan eficaz como la anticoagulación oral a la hora de reducir accidentes cerebrovasculares.
Para determinar si usted es apto para esta tecnología requerirá una evaluación completa por nuestro equipo médico, la realización de un análisis de sangre y una ecocardiografía transesofágica.